Esta definición fue creada por el curso de Ética Profesional en Educación de la PUC generación 2020
"Es un proceso aprendizaje/enseñanza en los ámbitos cognitivo, psicológico, cultural, social, emocional, democrático, ético, espiritual y físico centrada en el estudiante sus procesos y su contexto con el fin de formar personas autorreguladas que practiquen la libertad responsable y aporten a la construcción de una sociedad armónica en que impere el bien común y se respete la dignidad de todos"
A continuación una reflexión sobre la educación de calidad para la pos modernidad realizada por Camila Errázuriz, Cecilia Pimentel, Florencia Urrutia, Isidora Rivas, Francisca Molina, todas estudiantes del mismo curso.
"Educación de calidad para el siglo XXI será aquella cuyo foco se encuentre en el desarrollo de habilidades y valores, en lugar de la mera transmisión de contenidos. Debe incorporar contexto a la enseñanza, es decir, que aprender tenga sentido para los y las estudiantes, que se base en la adquisición de herramientas útiles para encontrar la realización personal en un marco social en que prime la cordialidad y la preservación de la dignidad propia y ajena. Con este objetivo, es importante incorporar el autocuidado en la educación para el siglo XXI. Tradicionalmente, la escuela ha sido un espacio para aprender a ser productivos/as, a trabajar para otros/as, a sacrificar la integridad propia en pos de la ajena.
Hoy, es esencial aprender a preservar el propio bienestar de forma balanceada con el de los demás, para mantener y promover la dignidad en la sociedad. Revisando la priorización curricular, nos dimos cuenta de que en esta si se están priorizando las habilidades. Esto quiere decir, que para darse cuenta de que la educación actual tiene que basarse en el desarrollo de habilidades, tuvo que venir una pandemia que abriera paso a la educación a distancia. El foco en el contenido es algo presente y problemático hace muchos años, y recién ahora se están priorizando las habilidades. Sin embargo, un aspecto negativo de esta priorización curricular es que no se ponen en relevancia las actitudes, solo las habilidades, por lo que a pesar de desarrollar habilidades, no se está tomando en cuenta el aprendizaje de actitudes, que es, por lo general, en donde se promueven los valores del respeto, empatía, colaboración, solidaridad, responsabilidad, entre otros. Otro eje esencial de la educación de calidad debería ser la resolución de problemas.
Actualmente, el conocimiento se encuentra al alcance de todos gracias a la tecnología. Sin embargo, no siempre sabemos cómo utilizarlo, cuándo utilizarlo o qué hacer con él. La educación para el siglo XXI debe enseñar a tomar un problema, buscar el conocimiento necesario para resolverlo, filtrando las fuentes fidedignas y analizándolas críticamente, de forma de poder saber para qué utilizarlas y cómo hacerlo. Debemos formar personas curiosas, indagadoras, independientes, prudentes y con iniciativa para llevar a cabo los procesos que sean necesarios para solucionar sus problemas y concretar sus proyectos. En este respecto, el ABP nos parece una herramienta muy útil para la formación"